sábado, junio 20, 2009


La competencia de enfrente.

En los años sesentas del siglo XIX, un fotografo de nombre Cruces y Campa nos dejo una hermosa coleccion de imagenes de parsonajes populares de la ciudad de Mexico. En la fotografia de arriba se puede ver la entrada de una pulqueria en el momento en que llega una remesa de neutle almacenado en pellejos para su transporte, como era costumbre. El hombre alto de la derecha podria ser el patron del negocio o un ranchero elegante de paso por la capital que se acerco a refrescarse el gurguñate con un curado de tuna o de piñon. Ademas, si el lector se fija bien y conoce a la honorable familia coahuilense, este podria ser un ancestro de los Madero: tiene un gran parecido con ellos.
El rotulo sobre la puerta hace constar que desde entonces existia el delicioso atavismo humoristico de bautizar los diversos generos de abrevaderos de pulque -piqueras, toreos, pulquerias, charcos- en una jerga plena de humor travieso e inconfundiblemente mexicana.
"El Recreo" se llamaba esta en 1866. De su razon social seguramente se desprendio una zaga toponimica que tuvo su climax casi un siglo despues en la inolvidable y por desgracia efimera "Pulqueria el Recreo de los de Enfrente", joya de la corona del reino chilango de Mayahuel, fundada por el grupo de artilleria pesada que colaboraba con Pages Llergo en la entrañable y siempre bien recordada revista Siempre y que se llamaba asi porque se ubicaba justo frente a la H. Camara de Diputados en las calles de Donceles y Allende.
Su origen es algo incierto pero existen versiones que coinciden en que quienes dieron vida a esta formidable aventura fueron nada menos que Renato Leduc, Jacobo Zabludovsky y el inconmensurable coahuilense -de Parras, como los Madero- Jose Natividad Rosales, hoy olvidado por las buenas conciencias del estado, las mismas que se ufanan de enterrar sinverguenzas entre los hombres ilustres.
Se sabe que se trataba de un establecimiento en forma, donde se servian ricos neutles genuinos y sin bautizar, provenientes de productores individuales y artesanos, lo que hoy se llamaria pulque organico. En sus paredes lucia murales al uso de la epoca, uno de los cuales, por cierto, lo habia pintado el polifacetico Rosales y representaba un atrevido tema anticlerical, pasadito de mano para lo permitido entonces, que a la postre fue lo que motivo que la pulqueria cerrara sus puertas a edad temprana.
Habria que preguntarlselo a Jacobo; creo que se sentiria feliz con la refrescada de memoria, y a mi, por supuesto me encantaria escuchar la historia de viva voz de su protagonista genuino, por cierto mas que calificado en tan doctos asuntos de picaresca periodistica y de cantinas de aquel Mexico tan sureal y romantico.
Lastima que ya no estan Leduc ni Rosales, que se nos fueron con el siglo.
Daria mis cuentas en Suiza por un sitio en la mesa con ellos para escuchar tan suculenta reseña, aunque fuera en el Bar Alfonso, o en la Opera o de perdida en la Bella Ferrolana, antros venerables que si bien nunca sirvieron pulque a sus parroquianos, son sobrevivientes de aquellos felices dias, y hoy estan convertidos en lugares elegantes y caros y donde yo no me sentiria sofocado a la hora de la cuenta porque de seguro alli le fian a Zabludovsky.
Cuando Cruces y Campa tomo la foto de arriba, Don Porfirio todavia no llegaba a la presidencia -Juarez estaba en el poder -. Despues, en tiempos del nuevo recreo, era Don Adolfo Ruiz Cortines quien gobernaba, cuando mas de un diputado empistolado faltaba a las sesiones del Honorable Poder Legislativo por encontrarse "enfrente"
Hoy, en otro siglo y a la sombra inexorable de los años, bien cabria el tomar un instante de reflexion y respirar hondo antes de echarse al coleto un farolazo redentorio para enseguida soltar la consabida expresion castiza y llena de nostalgia:
Ay, que tiempos, señor don Simon!

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