2010: empezando bien el año!
Ademas de tramposo, burlón y provocador.
Quién, que haya tenido la desgracia de ver el "mensaje" de año nuevo que dió Calderón por televisión, se habrá quedado impávido, felíz y tranquilo, cuando aseguró anoche que 2010 será el año de la recuperación económica y llamó a no permitir que "visiones pesimistas" paralicen a México?
O, cuando recomendó hacer a un lado las dudas y los temores si se quieren escribir “páginas de gloria" e insistió en que la economía está "bien manejada".
No estaría mordiéndose la lengua al expresar que "ninguna de las dificultades o desagracias vividas en 2009 puede atribuirse a una falta de energía o de carácter de los mexicanos"?
Y cuando soltó que "en medio de la tormenta, los mexicanos han demostrado energía, coraje, creatividad y capacidad para tomar decisiones en momentos que requieren de valor", no se estaría pitorreando de todos los sumisos y amenazados como el pobre diablo tirado en el suelo, del cartón de Hernández?
Le creerá alguien al michoacano (híííjole, que jeta) el choro de que "2010 será el año de la recuperación económica, porque ésta fue una crisis que vino del extranjero y hoy en todo el mundo hay ya señales de mejoría"...? y porque "se ha logrado mantener una economía sana y bien manejada, con responsabilidad"?
Y, el colmo, qué habrá pensado Juan el Charifas en el momento en que Fe-Cal lo llamó a "festejar con espíritu festivo y con esperanza en el futuro, con ánimo renovado, porque somos un pueblo orgulloso de nuestra historia y de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, de nuestro arte, de nuestros colores, de nuestra diversidad, de nuestras canciones y sabores”?
En fin, cuánta grosería, cuánta falta de respeto hacia su pueblo y qué desfachatéz de quien ocupa ilegítimamente el Poder Ejecutivo de México.
En fin, cuánta grosería, cuánta falta de respeto hacia su pueblo y qué desfachatéz de quien ocupa ilegítimamente el Poder Ejecutivo de México.
Y lo peor: hasta en esta humilde pulquería sufrimos daños colaterales del malhadado mensaje: En el instante en que, fachendoso y jaquetón, el presidente del empleo vociferó que "vamos por el camino correcto", un distinguido parroquiano, economista ampliamente reconocido y ex-nafinso, que tranquilamente había escuchado la pieza, paladeando su curado de piñón en la barra, se puso rojo-rojo de coraje; gritó a todo pulmón: Pelele sinverguenza!!!; se quitó un zapato, y lo arrojó con furia a la televisión, quebrándonos el monitor.
Para desgracias no paramos.
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Cartón del monero Hernández, parroquiano emérito.
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