domingo, febrero 14, 2010


Como marranas atoradas.

Ahora que la cámara de diputados ha aprobado que sea introducido en el texto de la constitución el concepto de que México es un estado laico, suenan cada vez mas necias, torpes y ridículas las insistencias de los inflados jerarcas del alto clero católico en desobedecer la ley vigente, exigiendo histéricos y clamando a los cuatro vientos por lo que ellos llaman "libertad religiosa", apuntalados y azuzados por una organización rocambolesca y vergonzante denominada “Abogados Católicos de México”.
Entre otras enfermedades del alma y de la razón que aquejan a estos tramposos dirigentes ensotanados, lo que exhiben sin gota de pudor es una es una amnesia convenenciera: bien saben que tienen libertad para ejercr su religión pero que no pueden participar en política, como hemos expuesto mas abajo.
Disimulan y olvidan que ellos, los ministros de culto católicos deben obediencia total a un estado extranjero y que están supeditados a él, lo que no es cosa menor; que nadie los ha forzado u obligado a ejercer funciones sacerdotales, y que dichas funciones se encuentran ya debidamente garantizadas por la ley, igual para todos los credos.
No entienden ni quieren aceptar que, en este país -y en todo el mundo occidental- la separación de la iglesia y el estado llegó para quedarse desde hace un siglo y medio.
Lo que mañosamente ocultan es que pretenden que el Estado mexicano haga obligatoria la educación religiosa: pero no que en las escuelas se estudie religión, o religiones, sino que se enseñe el dogma católico exclusivamente, y. ..je-je...que el gobierno les otorgue recursos financieros, además de que les permita manipular, sin ningun tipo de restricción, las conciencias del tontarriaje, desde el púlpito y desde medios de comunicación de su propiedad.
Sí Chucha!...
Es necesario recordar a toda hora -y gritarlo si es preciso- que la iglesia católica desde tiempos de la Colonia y la Inquisición, ha sido, no una, sino la enemiga histórica del pueblo mexicano.
En la guerra de Independencia, la iglesia fue aliada furibunda de los realistas en contra de los insurgentes, a quienes delató y excomulgó, luego fue la que hizo emperador a Iturbide, la que, después, se alió a los conservadores que trajeron a Maximiliano en contra del gobierno legítimo de Benito Juárez. La iglesia católica apoyó abiertamente la dictadura porfirista y manipuló y alentó a los cristeros que desorejaban y violaban maestras rurales que defendían la educación laica.
Es la misma iglesia que el día de hoy maniobra para que queden impunes sacerdotes pederastas y pillos de la calaña del fundador de los "Legionarios de Cristo", Marcial Maciel y el inefable obispo Onésimo Cepeda, el mismo que por estos días y gracias a la maravillosa justicia mexicana, ha salido airoso, -le hicieron lo que el viento al Benemérito- después de se le acusó por un fraude por 130 millones de dólares. El cínico sujeto aceptó que, en efecto, él había prestado dicha cantidad a una dama hoy difunta y que esa operación fue lo que generó el embrollo.
El millonésimo en su barrera de primera fila.

Esa es la iglesia católica que acoge, entroniza y protege del modo mas descarado a estos obscenos rufianes que se olvidan de sus votos de pobreza y se dedican a mancillar a la niñez mexicana, a jugar golf y a apoderar toreros.
De dónde saca un sacerdote 130 millones de dólares y trafica con ellos?
Esa iglesia es la que ahora exige a gritos “mayor libertad religiosa” en México?
   Norberto con su protegido, el monstruo Maciel, santo patrono de los legionarios

Convenencieros hipócritas, chillan como marranas atoradas.
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 Monólogo pronunciado en la barra de La Virtud por don Jeremías Becerra, viejo masón de Cuatro Ciénegas, Coahuila quien recientemente nos hizo una visita de cortesía y nos deleitó con montones de anécdotas de sus tiempos.

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