viernes, marzo 12, 2010

Visita del padre Febronio.

Se le ve muy de tarde en tarde; mejor dicho, un par de veces por año, si acaso. Siempre sonriente, simpre ligero de equipaje -con lo que traigo puesto me basta, dice-mientras su digna humildad nos recuerda siempre las palabras viejas y sabias de su santo patrono, el de Asís:
--Yo, para ser felíz necesito muy poquitas cosas.
--Y las poquitas cosas, las necesito tan poco!
El padre Febronio atiende espiritualmente a las gentes de una remota población de la sierra de Chihuahua desde hace muchos años y solo aparece por la ciudad cuando tiene asuntos importantes, o urgentes, como acompañar a personas enfermas que lo necesitan, o para atender llamados de sus superiores eclesiásticos.
Nunca viene a fiestas, ni comidas o mitotes de políticos o empresarios. Bueno, la mera verdad es que tampoco lo invitan; a la plutocracia regional no le agradan este tipo de curas.
Cuando se comenta del tema del día, de los legionarios y del caso Maciel y todo el desmadre que hoy se traen los guajolotes emplumados del Episcopado Mexicano encubridor, don Febronio solo sonríe con tristeza y dice en voz baja:
--No´mbre, de esas noticias penosas que oigo en el radio, pos, qué puedo yo decir; que allá el señor de arriba los perdone,... pero que paguen antes, acá abajo, por sus barbaridades, "los muy cabrones"
Cuando pasa frente a La Virtud y es invitado a refrescarse la garganta, acepta con gusto y nos honra con su presencia; su sencilla charla que nos pone de buen humor durante el rato que acepta acompañarnos.
Ayer, mientras degustaba una pequeña ración de curado de tuna cardona, rojo y fragante, nos hizo reflexionar por su pobreza y su despego de los bienes terrenales.
No se parece en nada a los sinverguenzas jerarcas católicos, que mucho deshonran a su ministerio y a su fieles, con solo verlos todos los días haciendo el ridículo en los noticieros y mostrando sus miserias, vicios privados y virtudes públicas.
Adios, padre, le dice todo mundo en la puerta cuando se marcha, ...y en la próxima vuelta no deje de pasar a echarse una con nosotros!
--Claro que sí, pero nomás una, eh? -contesta divertido, y se aleja sonriente por la acera-.
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El nombre y la foto no corresponden con el personaje real, que sí existe.

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