viernes, septiembre 03, 2010



Gerardo Fernández Noroña, diputado de la República.

Palabras pronunciadas en la tribuna del Palacio Legislativo de México, en ocasión de la apertura del período ordinario de sesiones del actual ya no tan H. Congreso de la Unión, el 1o. de septiembre de 2010.
Si usted se atreve a escucharlo, hágalo aquí con toda libertad y sin miedo al qué diran las mojigatas comadres de la oficina.
Las ovejas de cabeza baja, el rebaño cautivo que engorda con el alimento tasgénico que le hace tragar de Televisa a todas horas, así como las buenas conciencias del sagrado corazón, se aterrorizan y sufren de ataques de flato incontolables con solo oír el nombre de este claridoso y activo político, aborrecido por los poderosos y los farsantes que tienen secuestrado al país.
Goebelianamente, con técnicas de manipulación burdas y notorias, los medios electrónicos le han creado una imágen de folclórico, desquiciado y peligroso.
--- Ayyy,...mamacita...el coco! 
--- Ay, no,...ni lo veas...está loquito...
Por favor, antes de escuchar lo que dice, ponga en pausa nuestra sinfonola, abajo, al fondo.
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La Virtud extiende una invitación abierta al legislador para que pase cuando guste a disfrutar -de gorra- de nuestros pulques y, si lo desea, a hablarnos sin tapujos de cómo se las gastan nuestros representantes en la cámara.
Le creemos.
Le creemos más que al deshonroso grupo compacto formado por el poco-roba, los prianistas y los impresentables chuchos, a quienes, de paso, tambien invitamos, a ver si vienen. Si lo hacen, veremos si aguantan la carrilla del personal.

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