miércoles, febrero 23, 2011


Remembranzas del pulquero...
Tejero, 23-F, treinta años, Tanguillo del Golpe.

A mediados de julio de 1981, al día siguiente de regresar de Pamplona con los estragos de un San Fermín especialmente bravo a cuestas, el pulquero de La Virtud se encontraba esperando a alguien en una taberna de la Plaza del Cascorro en Madrid.
Era pasado el mediodía; el calor del verano carpetovetónico arreciaba y el sol hacía buscar refugio a los viandantes en sitios confortables, sombreados, y con buena dotación de líquidos fermentados y tapas decentes.
Se había pasado la mañana husmeando deleitosamente entre los interminables tenderetes y galerías del mercado de las pulgas y no dejaba de pensar en una melodía pegajosa que se escuchaba a todas horas y por todos lados en El Rastro y en toda la ciudad.
En la barra del antiguo bar que le brindaba el frescor de una caña de cerveza, la cancioncilla también brotaba del no menos vetusto aparato de radio colocado en la estantería junto al espejo, las innumerables botellas y el infaltable anuncio de los Pimientos de Padrón (unos pican y otros non).
Hasta ese momento pudo oír la pieza completa: era El tanguillo del golpe, deliciosa ocurrencia musical interpretada por un conjunto llamado “La Trinca”, que en sus letras daba puntual y jocosa reseña de lo ocurrido algunos meses antes en aquel Madrid que vio amenazada la democracia recién nacida, en el Palacio de las Cortes, a manos del coronel Antonio Tejero que pasó a la historia como el protagonista del golpe militar fallido que luego se llamaría el 23-F porque los hechos ocurrieron el 23 de febrero anterior.

Tanguillo del Golpe (Letra de Juan Palacios, música popular)

¡Quieto todo el mundo! ¡Se sienten, coño! ¡Al suelo, al suelo, al suelo…!
Aquellos guardias civiles que interrumpieron la votación
jodieron la investidura del jefe de la nación,
secuestraron al gobierno ,la prensa y la oposición.
Allí estaba Tejero, vaya un pitote,
con su tricornio negro,
su traje verde y con su bigote.
Se subió a la escalera y les habló:
“Esténse todos quietos, ay, por favor”.
Estaba la gente cagaíta de miedo
bajo sus escaños, tiraos por el suelo-
De repente “el Guti” se fue pa’l Tejero
¡Ay, coño, que susto, nos matan al viejo!
Tejero como ya dije, sin moverse de su sitio,
se puso a pegarle tiros al techo del hemiciclo.
Suárez se queda quieto, Carrillo no mueve un dedo,
y el pobre de Sagaseta, rodilla en tierra, rezando el credo,
y hasta se empinan los rizos de la cabeza del Escuredo.
¡Qué nochecita pasamos los españoles, vaya una gracia!
Si el Borbón no lo remedia, nos quitan la democracia,
las huelgas, los sindicatos y hasta la Constitución.
Los tanques, por Valencia, van como locos,
menos mal que Juan Carlos me los convence poquito a poco.
Y al ver como se pone la situación
se reúne la Junta de Estao Mayor.
Y al cabo de un rato sacan una nota
que dice: “Tejero, no seas cabezota.
Ríndete al momento, no seas desgraciao,
que los golpeteros te han abandonado”.
Tejero, sin inmutarse, sin bajarse del poyete,
le pega un corte de mangas al Aramburu Topete.
“¡De aquí no se mueve nadie, soy el Caballo de Troya!
y estoy dispuesto a cargarme
medio congreso si no me apoyan,
que estoy hasta los bigotes
de que me tomen por gilipollas”.

Hoy, 23-F del 2011, han pasado treinta años, los mismos que el hombrecillo del tricornio vaticinó pasaría tras las rejas cuando se entregó con entereza a la justicia tras ser abandonado a su suerte por los cobardes embozados de altos vuelos que urdieron la conspiración.
Parece que fue ayer y sin embargo, mucha agua ha corrido desde entonces. Los Pirineos dejaron de ser frontera con Africa, El Guti se murió de viejo; los tanques que iban como locos por Valencia, después de esa noche no volvieron a escena; Torre Narigues cerró sus puertas dejándonos sin cenar en su cueva de El Factor, Antoñete y Curro Romeo por fín se retiraron ya sesentones, y el cocido de El Callejón desapareció para siempre en La Ternera; Carrillo aún está vivo y coleando y se le ve de tarde en tarde, fumando frente a las cámaras de la TVE; Pepe Bono, que pudo oler a un metro la pólvora de la pistola del mostachón, preside ahora el Congreso, predicando juguetón con el espejo de Dorian Grey. 
Y Tejero? ...Tejero ha salido ya de la cárcel años atrás y se le puede ver con sus bigotes emblemáticos paseando tranquilo por las calles de la villa como cualquier ciudadano, nadie sabe si tarareando por lo bajines chufletas cuarteleras pasadas de moda.
Canciones como el “Tanguillo del Golpe” o las “Sevillanas del susto”, con que aquellos muchachos pícaros de La Trinca hacían desternillar de risa al pesonal, pintando con música satírica al Tejero con su tocado de charol, pegando tiros y gritos desde lo alto de la tribuna del palacio,  Quieto to er mundo!, ...al suelo toos,...al suelo!, al suelo! , ya no suenan en la radio de las tabernas, bares y casas de comidas de Madrid, Pamplona, o Veracruz, ni de ningún lado del planeta.
Solo es posible escucharlos ahora en sitios retro, decadentes, como La Virtud, que hacen de la remembranza un motivo dialéctico e irrenunciable para copiosos brindis virtuales por aquellos tiempos tan caros al pulquero de turno y a un puñado de parroquianos fantasmas de la guerra.
La cancioncilla de marras se encuentra en nuestra victrola, abajo al fondo.
Escúchela gratis, es el número 80 de la lista.

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