miércoles, abril 13, 2011


Solo para utópicos y rucos...

Indígnense!...

Stephen Hessel tiene 93 años; fue diplomático, miembro de la Resistencia Francesa en la segunda guerra mundial y redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es un pensador y pacifista francés activo y reconocido, que se encuentra en el candelero mediático y acapara hoy día las conversaciones de la gente común y hasta de la academia.
El motivo? 
Su fresco y apasionado llamamiento a la juventud europea para que salga de la modorra en que se encuentra, que abandone su individualismo autista y se ponga las pilas, que tome conciencia de que el establishment globalizado y tramposo le ha cancelado el futuro, le ha escriturado el conformismo como modelo único de corrección política y le ha robado a pedazos el sistema de bienestar que tenía -herencia digna de sus aguerridos antepasados- hasta que el neoliberalismo tomó por asalto las riendas del estado en los últimos años, sin prácticamente ninguna resistencia de la sociedad.
  --Que hacía ésta?...porqué permitió el despojo?
Indígnense! les dice Hessel, (Indignéz-vous) como en el siglo pasado hicieron los jóvenes de su generación, quienes se rebelaron frente al fascismo y lo derrotaron.
  --Levántense, inconfórmense!
  --Desenmascaren a los banqueros deshumanizados y a las trasnacionales financieras insaciables, a los empresarios mafiosos que con la complicidad del estado los han dejado sin derechos laborales, levántenles las enaguas a la televisión y a los medios de comunicación alcahuetes y a los políticos de todas las ideologías, que los han traicionado!
  --Grítenles en la cara: TU BOTÍN ES MI CRISIS, como en el cartel de la foto de abajo.


Hace unos meses, el viejo luchador galo publicó estas cosas en un pequeño libro, casi un folleto, que ha vendido ya más de un millón de ejemplares y ha sacudido las conciencias en toda Europa: su título, precisamente: Indignéz-vous, indignaos, indígnense!
Si usted es un ruco de ideas exóticas o uno de esos resentidos utópicos rojillos en busca de causas perdidas, léalo en español aquí, o cópielo para leerlo después; solo le tomará quince minutos y se sentirá mejor el resto de la jornada.
En caso contrario, pase a la barra de La Virtud y tómese un pulque de ajo, que la casa invita sin distingos de ideologías o credos.
Ojala que algún mexicano escribiera algo parecido al librito del venerable abuelo Hessel. 

Dice el poeta Froilán -augusto personaje callejero que nos visita de vez en cuando- que a nuestra también aplatanada juventud le hacen falta unos tirones en la conciencia para intentar sacarla de de su egocentrismo creciente y de su indiferencia comodina; que no es cierto que la sangre nueva mexicana anda apachurrada, sin brújula y cabizbaja por culpa de los balazos cotidianos, sino porque su filósofo preferido, el Vasco Aguirre, huyó a Europa, dejandolos sin ideales ni ganas de hacer nada, abandonados a su suerte y con la mente en blanco; y también porque dos de sus más indispensables guías morales,  El Buki y Juan Gabriel, estan desaparecidos, o se encuentran en una fase preocupante de estreñimiento creativo de ideas existenciales para cantar en el excusado.
  --Usté cree?
Si en México apareciese de pronto un Stephen Hessel totonaca, téngase por seguro que la plutocracia nacional, la nauseabunda clase política y los hampones del Consejo Coordinador Empresarial; el alto clero perverto y en general, la delincuencia organizada (o sea todos ellos), sirviéndose del canal de las estrellas y los emputecidos intelectuales orgánicos, krauzes, ciros y aguilarcamines, lo harían papilla de volada, al conjuro de alguna profunda, complejísima deyección discursiva: 
  --Qué indignéz-vous, ni qué la chingada...!!!
  --O, a lo mejor, lo invitaban a incorporarse al Verde Ecologista o a concursar en La Iniciativa México.

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