miércoles, junio 29, 2011


Escenas de sopor y liviandad.

No, os aseguramos que el galán de la imágen no es el patrón de esta casa cuando andaba de artista filarmónico en sus tiempos de de juventud, refrescándose el buche antes de ofrecer un concierto de pirecuas y fandanguillos en el gran Teatro de la Ópera de la Viena imperial. Tampoco es una escena de sopor y liviandad de algún tinacal de lujo en Budapest o San Petersburgo, lugares pomadosos y frívolos que él nunca osó frecuentar durante sus giras artísticas por el viejo continente. 
Por el contrario, sus correrías bohemias incluían únicamente derroteros conocidos por sus emociones fuertes: tabernas de barrios marineros, tablaos clandestinos, tascas de rompe y rasga o abrevaderos frecuentados por ácratas, toreros de la legua, renegados sociales, sopranos, poetas y faunos.
Se trata de un viejo anuncio del vodka Smirnoff que no deja de tener su encanto, decadente, eso sí, pero elegante y mundano, como el de ésta suntuosa dependencia del Olimpo.

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