miércoles, junio 22, 2011


Llegaron las rebajas de verano...
Corramos, hay oferta de indulgencias en Catedral!

El “Máistro Mecates” llegó esta mañana muy exaltado al salón y, con la respiración entrecortada pidió a el Pelucas un farolazo triple, del más fuerte.
Acto seguido se lo echó de un golpe entre pecho y espalda y a pesar de sus años y sus achaques, se trepó de un salto felino a nuestra barra, dejando boquiabiertos a los parroquianos presentes; sacó luego un ejemplar del periódico Excélsior del bolsillo delantero de su guayabera, lo desdobló con mano temblorosa y exclamó con su inconfundible vozarrón de maquinista:
  --Heeeeeeey, faaaamiliiiiaaa!!!....El Trompas Norberto está regalando indulgencias en Catedral...indulgencias plenarias...corramos...óooorale, corramos, no hay que perder tiempo!...y comenzó a leer:
El cardenal Norberto Rivera Carrera concederá hoy 22 de junio del 2011 la Indulgencia Plenaria (perdón de todos los pecados) a quienes veneren las reliquias del beato Juan de Palafox, virrey y primer obispo de Puebla, y cumplan con las condiciones para ganarla, las cuales se resumen en el rechazo firme al pecado; el deseo expreso de ganar la indulgencia; confesarse o estar en gracia de Dios; comulgar y orar por las intenciones del Papa Benedicto XVI.
La Indulgencia Plenaria equivale a toda una vida dedicada a la penitencia, ya que logra “el perdón absoluto de Dios en cuanto a la culpa y la pena que genera un pecado”, y el día para obtenerla es hoy 22 de junio cuando las reliquias del nuevo beato son llevadas en procesión de la Parroquia de la Santa Veracruz a la Catedral de la Ciudad de México, o el resto del día en el templo catedralicio.
Para obtener este perdón especial por parte de la Iglesia católica, los fieles deberán ingresar al recinto catedralicio por la puerta central, es decir, la Puerta Jubilar, la cual sólo se abre en celebraciones de gran trascendencia para la Arquidiócesis Primada de México.
  --Oyeron bieeeén, apóstatas pulqueros descreídos?... Ahora es cuando, crápulas sinverguenzas!, ...es la oportunidad que han estado esperando durante toooooda su pecadora vida: vamos a que nos perdone Diosito por intercesión de San Perverto!...Borrón y cuenta nueva, compañeros pecaminosos; todas las transas, todos los crímenes, todas las malas acciones y todas las canalladas y latrocinios que hemos cometido desde que nacimos, eliminadas de un plumazo  de nuestros corrompidos espíritus y del kardex que tenemos que presentarle al Señor cuando nos llame, a cambio de ir el día de hoy a venerar los huesos del nuevo beato, el virrey don Palafox y Mendoza...
  --A poco no está buenísima la oferta?
  --Váaaamonos, raza, todos a la Catedral! 
  --Óoooorale!
En ese momento llegaba a La Virtud el no menos célebre Licenciado Manos Prietas quién, con su peculiar parsimonia y escénico gesto de tribuno, encaró al máistro y le espetó:
   --Con su perdón e indulgencia, mi querido contertulio, pero no sea usted tontejo, no es preciso ir hasta el  DF; lea lo que dice el Excélsior más abajito, léale bién, máistro!
El reseco y enjuto jacobino de Teziutlán carraspeó con fuerza, se ajustó las gafas, echó una mirada panorámica al salón, y continuó leyendo:
Los fieles deberán participar de la celebración litúrgica y venerar las reliquias del nuevo beato.
Los ancianos, los enfermos y quienes por causa grave no puedan salir de su domicilio podrán ganar la Indulgencia Plenaria ofreciendo, por mediación del beato Juan de Palafox, sus oraciones y dolores a Dios.
  --Nosotros estamos en causa grave navegando en este mar de rico neutle y no podemos ir hasta allá.
--Ah!, menos mal, mi Lic, contestó el Mecates; yo pensé que la oferta era nada más para los fieles que acudan en persona a la sucursal Zócalo, allá en la ciudad de México.
--Ya bájese de ái, máistro, le gritó el Morrongo de la CNOP desde una mesa del fondo del salón, ándele, váyase a la central camionera y tome un autobús a Chilangolandia, a ver si alcanza a llegar antes de que se termine la oferta! ...
--Eso de que venerando reliquias y cumpliendo determinadas pendejadas me gane el perdón de mis pecados, ofende la inteligencia de cualquiera. Y no porque mis pecados sean imperdonables, sino porque sólo mis ofendidos pueden hacerlo, murmuró el Orejano, también presente en la escena, acompañado de don Gumaro Prieto, que no dejaba de reírse y cerrar sus ojitos.
--Habráse visto!, remachó aquél sin soltar su cacariza de neutle. 
--Caracoles!... el que en pleno siglo XXI haya farsantes que se arroguen la facultad de perdonar o hacer perdonar pecados ajenos sin ni siquiera darse cuenta de los propios que cometen engañando a diario a sus seguidores menos instruidos o idiotas, es de dar vergüenza...
En eso, las  puertas de  bisagra de la entrada se abrieron de par en par y, azotándolas al estilo Piporro, maleta en mano, un conocido personaje irrumpió en el antro e hizo atronar al instante los aplausos del respetable que allí se encontraba, recitando con sorna:

 --Vergüenza,...vergüenza,...qué es eso?...me suena...me suena...Ya llegó por quién lloraban, bola de beatas garbanceras!...ya estoy aquí, cabríos, ya llegué, gentes´n...
Era nada menos Curro Copetes, nuestro eminente pulque-servidor, que regresaba de sus largas vacaciones.
 --Pulque gratis a todos, la casa invita, gritó el patrón.
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Imágen: fotomontaje casero con un retrato de Palafox sobre una foto de Milenio. 

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