miércoles, agosto 03, 2011


La cuenta, jóven!...
Ah, caray...y porqué tanto?

Será el verano, será la crisis, será el sereno pero, al llegar el mes de agosto, algunos parroquianos se alocan y les da por darle vuelo a la hilacha, particularmente aquellos que se quedan en casa, mientras la familia sale de vacaciones.
Empinan el codo de más y se gastan en un santiamén el presupuesto para comida e imprevistos que les dejó la señora, aún cuando las recomendaciones de dicho alto mando fueron:
  --Ah, y ten mucho cuidado con el dinero que te dejé allí en la alhacena, viejo. No te lo vayas a gastar de un tirón en alguna parranda.
  --Tampoco te vayas a aquerenciar en algún bebedero ordinario, ni te juntes con tus amigotes de los sábados, mucho menos con el compadre Memijes que también se ha quedado solito en su casa, ya que la comadre se fué a Tehuacán a visitar a su mamá.
  --Y si no te puedes aguantar las ganas de divertirte y echarte unos curados, mejor vete a La Virtud, al cabo que allí hay muy buen ambiente porque tienen puros parroquianos distinguidos, como el padre Chuleta y hasta el mismísimo señor obispo.
  --Además allí fían! ...Nunca hay problemas con la cuenta. Y por si fuera poco, ellos te traen de regreso a casa en el papa-móvil si llega a pasar algo con tu equilibrio.
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Bueno, pues resulta que los colegas de "Le Quart d´Heure de Rabelais", pulquería francesa muy renombrada y exclusiva que funciona extramuros, en un solar fresco y umbrío, al lado de un richuelo cantarín y que abre solamente en julio y agosto, nos han enviado esta bonita fotografía que ilustra lo que decimos arriba.
Hacemos la aclaración que el bién servido caballero que aparece buscándose la cartera no es ni el licenciado Memijes, ni un famoso político panista ya fallecido.
Click sobre la imágen para verla ampliada, está padre, padre!

1 comentario:

Xavier González Fisher dijo...

¡Uy Eminencia! A ese pobre de la anécdota, le pasó exactamente al revés que a la Bartola del canto popular mexicano. Le dejaron sus "dos pesos" y con condiciones... No cabe duda y parafraseando a la madrileñísima zarzuela aquella, "que los tiempos cambian, que es una barbaridad..."

Saludos y mi enhorabuena por ilustrar a sus parroquianos sobre la "nueva economía familiar".