lunes, octubre 24, 2011


La lucha de clase en México...

Dice el poeta "Orejano" que no es verdad que en México exista una lucha "de clases". Dice que la única lucha social que existe acá hoy en día es una lucha "de clase", muy distinta a aquella.
Que la cosa es unilateral, en un solo sentido, nomás de un lado para el otro: que la clase dirigente es la única rijosa, y que los empresarios y los políticos son quienes libran cotidianamente una batalla feroz y encarnizada contra su más odiado enemigo: la otra clase, el pueblo, ese que ni lucha, ni se defiende, ni se da por enterado.
Que la plutocracia cleptómana y pervertida aprieta el pescuezo a la clase jodida todos los días con una vuelta más de tuerca; que el populacho para eso está, para aguantar calladito y pagar sin chistar los platos rotos y los impuestos.
Quién sabe si será verdad.
A lo mejor es puro cuento.
Es quizás la fantasía surreal de Huitzilopochtli que aúlla y eructa vapores sulfurosos y pedazos de hiel para documentar el optimismo de la ley del monte, mientras se desvanecen en la obsolescencia escénica las imágenes de Juárez y de Pancho Villa y se sustituyen poco a poco en blanco y negro con las del logo de Wallmart, el de Vivir Mejor y el de Televisa a todo color, mientras allá, a lo lejos, se perfila el Monte de Piedad, como la noción subliminal de la desesperanza y de la madre de Manuel Acuña.
Los héroes estan fatigados.
Los cerdos estan  indignados.


Por todos lados y a todas horas, la cara del cerdo que acecha con profundo desprecio; insaciable por naturaleza, está indignado porque no llena, y quiere más y más cada vez.
La imágen de la codicia y del abuso de los banqueros y grandes empresarios persigue a la mexicanada de a pie, atosigandole sin misericordia y gritando a todo pulmón:
  --Consume y paga... paga... paga.
  --Paga, paga... paga...echa p´a acá la lana!
  --Primero el billete, órale!
  --Te atreves a reclamar, idiota?...pues vete a la Profeco...Je-Je...allí te atenderemos como te mereces...
El rostro obsceno de los políticos enseña los colmillos hasta en los sueños y se ríe de la insignificancia y la pachorra y la falta de memoria y dignidad de Juan ciudadano que ha olvidado cómo sus ancestros arrojaban lodo a la cara de los farsantes.
El agravio y el desplante, la burla personalizada del cinismo y la corrupción; la "lucha" y el triunfo de la clase de los poderosos se han vuelto victoria cultural que la gente comun acepta y hasta disfruta, al convertirla en tema de humor masoquista en la tertulia y en la calle.
El patetismo del cuadro se acompleta con la pasividad individual y colectiva de un pueblo agachado y manipulado que, no solo no parece indignarse frente al canalla que lo oprime y lo explota, sino que, contento lame su mano con fruición; que en las elecciones de hoy vota por el candidato de la oligarquía, el más guapo y fotogénico, y en las de mañana lo hace por a aquel que, a decir de las encuestas va más arriba de todos, o por el que es capaz de contar lo mejores chistes en las entrevistas de la tele. 
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Cartón al alimón de los eximios moneros Helguera y Hernández, benefactores VIP de esta arena de luchas y pujidos proletarios. Foto: Ives Lecoq, flickr.

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