sábado, noviembre 19, 2011

Va de pulques...
Imágenes de otros tiempos.

Hoy presentamos estas tres fotografías de principios del siglo pasado que nos dan testimonio de cómo era la producción del pulque antiguamente en México.
La primera muestra una hacienda pulquera de las tantas que hubo en las inmediaciones de la capital azteca. En la otra vemos a un tlachiquero o recolector extrayendo el aguamiel del cogoyo del maguey mediante un instrumento conocido como acocote y que no es otra cosa que un guaje largo perforado en ambos extremos.
El recolector sumergía la parte mas delgada del acocote en el líquido producido por la planta, y en el otro extremo sacaba el aire con la boca hasta llenarlo; luego tapaba el orificio inferior con un dedo y vaciaba el contenido en un pellejo o depósito que iba sobre un burro, repitiendo la operación cuantas veces fuera necesario.
El jugo o aguamiel llegaba pues a lomo de jumento a los tinacales de la hacienda para su inmediata fermentación.
Las fotos son de Waite y Briquet repectivamente, artistas de la lente muy reconocidos y prolíficos.
La última es una tarjeta postal de autor anónimo del mes de noviembre de 1907 en la que se aprecia la forma de transportar el pulque en barricas a la estación de ferocarril o directamente a los centros de consumo. Los que deberían ser el hacendado y su secetario destacan por su atuendo elegante y, al igual que todos, nos miran con atención; el capataz, montado en fino corcel se mantiene a prudente distancia.
Leyendo lo escrito en la postal por un tal Bug a una tal Elleen, de Houston Tejas, se conoce que quien la envía no se anda con exquisiteces: le dice a la Miss que acá hay mucho pulque para ella y que...(ejem....ejem)...está esperando su carta con dinerito.

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