miércoles, julio 04, 2012

México SA

Carlos Fernández-Vega, La Jornada, 4jul12.

■ El enjuague “prepagado” ■ Peña Nieto compra votos ■ Soriana, el gran negocio.

Bien haría Francisco Martín Bringas, presidente del consejo de administración de Organización Soriana, en brincar a la palestra y, micrófono en mano, ofrecer una explicación detallada de cómo fue que el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, adquirió un millón 800 mil tarjetas “prepagadas” (así les llaman) de ese supermercado (en una operación financiera estimada entre mil 125 y mil 800 millones de pesos, equivalente al 37-60 por ciento de las utilidades netas de 2011) para comprar el voto (mil pesos por cabeza) de electores del estado de México y algunos del Distrito Federal (hasta donde se ha documentado).

Y urge la explicación del empresario (que encabeza un consorcio que se autocalifica de “socialmente responsable”), porque esos mil 125-mil 800 millones de pesos en tarjetas “prepagadas” superan hasta por cinco tantos el tope de gastos de campaña (336 millones) autorizado por el IFE a cada uno de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República, sin considerar que la compra del voto es rotundamente ilegal. Así, puede transparentar la participación de su cadena de supermercados en los enjuagues del candidato tricolor; de dónde salió el cheque para cubrir esa voluminosa cantidad de dinero (algunos apuntan hacia la Secretaría de Finanzas del gobierno de Eruviel Avila); a quién entregó los plásticos, cómo se distribuyeron, y si el pago por el servicio fue en una sola exhibición o en cómodas mensualidades, con sus respectivos intereses.

Otra vez la larga mano de los “grandes empresarios” (recuérdese a Enrique Coppel Luken, dueño de los almacenes que llevan su apellido, en 2006, sin olvidar a televisos, aztecos, bimbos, CCE y conexos) metida en el proceso electoral. El de Martín Bringas no es el único caso, desde luego, pero el enjuague del PRI con Soriana resulta más que suficiente para que el IFE (violación al tope de campaña), la Fepade (compra de voto igual a delito electoral) y el Tribunal Electoral (que analice las pruebas y se pronuncie) intervengan de inmediato y hagan su chamba, toda vez que la denuncia fue hecha pública antes de los comicios del pasado domingo, no después como algunos intentan pretextar. Las tres instituciones citadas les cuestan a los mexicanos miles de millones de pesos, así que llegó el momento de desquitarlos.

¿Por qué el tricolor eligió a una cadena de supermercados para el chanchullo de las tarjetas “prepagadas” y la compra del voto? Pues bien, más allá de las “afinidades” partidarias de sus dueños (léase “oportunidades de negocio”), Soriana (con sede en Monterrey) cuenta con una enorme red de distribución que facilita el reparto, sobre todo si alrededor de mil 800 millones de pesos están en juego: 560 tiendas, con más de 3 millones de metros cuadrados de superficie de venta, en 181 ciudades a lo largo y ancho de las 32 entidades federativas, “más las pertenecientes a nuestra cadena de tiendas de conveniencia Súper City. Nuestra red logística está compuesta por 14 centros de distribución ubicados estratégicamente en nueve estados del país. Comercializamos una extensa y completa línea de alimentos, ropa, mercancías generales, productos para la salud y servicios básicos, satisfaciendo de esta manera las necesidades específicas de consumo de nuestros diferentes grupos de clientes” (el PRI, entre ellos, el cual, obviamente, no dará ningún tipo de explicación), según reza su propia publicidad.

Pero más allá de sus enjuagues, el PRI, Enrique Peña Nieto y Soriana deben ser extremadamente cuidadosos en el cumplimiento de lo prometido a la hora de comprar el voto, porque la gente que recibió las tarjetas “prepagadas” está muy nerviosa y a punto de estallar, pues les quieren dar gato por liebre a la hora de hacer efectivo su pago. La siguiente información, publicada por La Jornada (Josefina Quintero) da cuenta de ello:

“El temor a que se descubriera un fraude abarrotó las tiendas de la cadena Soriana. Centenares de personas provenientes de municipios del estado de México y algunas del Distrito Federal, que vendieron su voto a los candidatos de la coalición PRI-PVEM, canjearon la tarjeta Prepago que se les entregó por víveres y electrodomésticos. ‘Dijeron que se habían enterado de que iban a cancelar los monederos electrónicos. Son fregaderas porque nosotros ya votamos’. Otra versión de que se cancelarían los saldos de las tarjetas fue que Martha Angón, candidata a la presidencia municipal de Nezahualcóyotl, estaba perdiendo. ‘Pero eso no es mi culpa. Yo sí vi a La Gaviota que le alzó la mano a Peña; entonces sí sirvió’. Desde el viernes por la noche, en los límites del Distrito Federal y el municipio de Nezahualcóyotl empezó la entrega de tarjetas, identificadas por cajeros de esa cadena de tiendas como ‘los vales que regaló el PRI para que Peña ganara’. El canje del voto en un principio sólo era por cien pesos, comentaron los poseedores. Pero la cantidad se incrementó conforme se acercaba el día de la elección.

“Ayer –domingo 1º de julio– ibas a la casilla, votabas, tomabas una foto a la boleta marcada en favor del PRI, la mostrabas y te daban la tarjeta”, manifestó Rocío Ugalde. Al validar el saldo hubo ‘buenas y malas noticias’. Algunos tenían cantidades en sus tarjetas (monederos electrónicos Soriana) que no esperaban: ‘300, 500 y hasta 700 pesos’. Algunos portaban hasta 20 tarjetas porque ‘nos entregaban una por cada votante que lleváramos’. En la tienda Soriana ubicada sobre calzada Ignacio Zaragoza, a unos metros de la clínica 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en la colonia Juan Escutia, delegación Iztapalapa, todo el día se observaron largas filas. Las molestias de los compradores habituales no se hicieron esperar, por la demora hasta de 60 minutos sólo para checar el saldo, ‘porque ya se han reportado tarjetas sin fondos’. Empleados de la tienda refirieron que desde el viernes pasado el establecimiento ha sido abastecido de víveres para poder atender a los ‘que mandó el PRI’. Sobre los motivos de por qué enviaron a tanta gente, comentaron: ‘pues vienen de Neza y les queda cerca; también está la de San Juan de Aragón, pero la tarjeta yo creo la pueden hacer válida en cualquier Soriana’”.

Lo mejor del caso es que Enrique Peña Nieto asegura que el PRI “ya cambió”, y los “grandes empresarios” que son “demócratas”.

Las rebanadas del pastel

¿Qué hacer con las empresas encuestadoras? Inflan cifras al gusto del cliente, cobran muchísimo dinero por manipular al electorado, tienen una enorme responsabilidad en la inducción del voto, pero no enfrentan consecuencia alguna. Allí está el caso de los “inamovibles 18 puntos de ventaja de Peña Nieto” (Milenio-Ciro dixit), y con una simple disculpa pretenden lavarse las manos.

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Aquí el artículo de Jenaro Villamil en la revista Proceso del 4jul12 sobre el Sorianagate.

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