De los muros de La Virtud...
Exclusivo para rucos nostálgicos.
A mediados del siglo pasado no podía faltar el Cancionero Picot en el hogar, en el rancho y en la barra de cualquier establecimiento pulquero, especialmente en la provincia mexicana. Como aún existía la costumbre de cantar en cualquier reunión y con el menor pretexto, era indispensable tener un ejemplar a la mano para seguir adecuadamente las letras de las canciones rancheras de moda. Tampoco, claro, podían faltar alrededor la guitarra de cajón y algun personaje chistosón que se pareciese al singularísimo Chema Tamales que siempre aparecía en su portada en trances divertidos e hilarantes.
Para deleite y remembranza de los parroquianos que nacieron en los cuarentas, cincuentas y a principios de los sesentas, la casa ha dispuesto que se coloque este cartel en uno de los muros del salón.
También hemos pedido a El Orejano que pele muy bien el ojo en sus giras ciclistas, pedaleos y vagancias artísticas por los barrios populares y los pueblos circunvecinos para que nos consiga algun ejemplar de aquellos anuncios de jarabe, unguento y otras medicinas de la marca "666", emblemas de lámina a color que engalanaban por doquier paredes y bardas, y que al parecer quedan por allí algunos en buen estado.
Mientras nos llega el original y El Orejano lo restaura con sus dotes de artista y artesano, ponemos aquí esta imágen que nos envió don Xavier González Fisher, amigo y benefactor cum laudae de La Virtud, desde la bella Aguascalientes.
5 comentarios:
"Burbujita, burbujita, burbujita... de la Sal de Uvas Picot... cuando alguien tiene... mala digestión... al instante burbujita en acción..."
Sí, Maese usté sí se acuerda. En la sinfonola, abajo, se puede escuchar tan recordado y simpático anuncio de la radio de entonces; creo que es el no. 52 o 54 de la lista.
Ah, y veo también por allí el de la Glostora...
Si se animan a ponerle precio a una laminita de las del Ungüento nasal?
-Nomás diganme a dónde se lo mando-
A vender al mercado, gwey.
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