Ah...caray!...
Molestísimo, echando pestes, llegó a nuestro salón ayer el concanaco lagunero y legionario del pisto Víctor Machuca El Manubrio.
Se acodó en la barra y exigió imperioso al Pelucas un curado del día y un cheiser de sotol "El Tropezón".
--Es que no se vale, no se vale, repetía el conocido parroquiano mientras entonaba el cuerpo y se estremecía sin pudor con el paso de los líquidos por el tracto esofágico.
--Pos qué le pica, don Manubrio, qué le acontece hoy? -le preguntó amablemente nuestro pulque-servidor de turno-
--Pues míren ustedes: -volvió su mirada a la fina clientela presente en el momento-
--Antes de abrir mi negocio, esta mañana, pasé a rezar un momento a la Capilla de San Camilito y, vean lo que me encontré colgado en la pared de los ex-votos...míren nada más que grosería, qué barbaridad; y nos mostró la fotografía de la izquierda.
Al oír esto, el poeta Froilán, que dormitaba cabizbajo en su lugar de siempre -cual Hemingway en El Floridita- exclamó, conminatorio y contundente:
--No sea hipócrita, mi estimado emborrachador público (Manubrio es dueño de varios expendios clandestinos de bebidas alcohólicas, adulteradas, dicen)...y no se haga pendejo.
--Qué, con lo chupacirios que es usted, no sabe que San Camilo es el santo de los encaminadores de almas?...pregúntele al ruco de lentes que administra este changarro. Él, aun siendo reconocido quemacuras y jacobino acratizante, colecciona retablos y ex-votos mexicanos y le podrá explicar montones de especialidades de santos y santas, beatos y beatas, ...sin agraviar.
--Sí señor, por eso las muchachas de la vida alegre le rezan y le llevan sus ofrendas de vez en cuando -dijo en voz alta desde su mesa el licenciado Memijes-...-qué chulada de foto, verdaaá?-
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