domingo, mayo 12, 2013



Historietas taurinas...
La Sonora Mat...orera.

Al contrario de lo que ocurre con sus vecinos Baja California y Chihuahua, la población del estado mexicano de Sonora no se caracteriza por tener afición a las corridas de toros. A lo largo del último medio siglo solo se dieron menos de una docena en la ciudad de Nogales y unas cuantas en otros municipios, solo para confirmar la regla. En territorio sonorense hubo dos ganaderías bravas que tuvieron una corta existencia. La tauromaquia pues, en Sonora, ha sido y es prácticamente inexistente.
Hace unos días el congreso del estado libre y soberano de aquella entidad norteña hizo estallar la cohetería mediática al anunciar a propios y extraños que de ahora en adelante quedan allí prohibidas las corridas de toros. Sí señor. Y el decreto entró en vigor de inmediato.

Que han hecho los diputados sonorenses para que se haga
justicia en el caso de los 49 niños muertos en la
Guardería ABC?

De los valientes y mothernos diputados sonorenses que realizaron tan grandísima hazaña legislativa se podría decir que con tan brillante victoria se han cubierto de gloria. Escenificaron el Parto de los Montes.
  --Se la bañaron esos gweyes, manito!
  --Es que así son allá, matador.
  --Son bien machotes y bien entrones.
  --Bien entrones, como Beltrones, exclama El Churumbel, mientras se toca con ambas manos las alas de su sombrero cordobés y se lo echa para adelante sobre las cejas, a la manera de Piporro, y luego posa inflando el pecho y poniendo cara de circunstancia, como si fuera un senador priísta frente a las cámaras del canal de las estrellas. El regocijo de los parroquianos de La Virtud hace desgranar un caluroso aplauso.
Al terminar la ovación, el maese Leonardo Páez, quien desde hace tiempo no pasaba a nuestro salón a echarse unos pulques con los amigos y a escuchar nuestra sinfonola, elegante como siempre, y de pie junto a la barra, echa su cuarto de espadas soltando una carcajada de las suyas y agrega: 
  --En mi artículo de hoy en La Jornada cuento lo que me escribió uno de mis lectores en plan de chacoteo. Me dice que, ya que los diputados sonorenses se lucieron con la prohibición de un espectáculo prácticamente inexistente en su tierra, no sería de extrañar que también declarasen prohibidas las canciones de Bienvenido Granda “El bigote que canta” y la Sonora Matancera, quienes popularizaron una sabrosa rola cumbanchera con tema taurino allá por el año de 1948. 
Y que así tampoco sería de extrañar que prohibieran el uso del bigote y los ritmos guaracheros.
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