José Emilio, la decencia.
Viendo anoche por televisión la nota del homenaje
póstumo a José Emilio Pacheco en El Colegio Nacional, no puede uno sino
sorprenderse por las justas y bellas palabras que le dedicó Enrique Krauze (que
mucho honran a éste, dada su distancia ideológica con el escritor fallecido).
Remató su alocución destacando uno de los valores personales de aquel, la
decencia (concepto arcaico y casi en desuso en este país, en los tiempos canallas que
corren, segun noción de esta casa).
Pedro Miguel, por su
parte, poeta también, periodista, escritor, y amigo de La Virtud, en su columna "Navegaciones" de hoy
en el diario La Jornada http://www.jornada.unam.mx/texto/033a1mun.htm publica
un soneto en el que afirma que, con la partida de Pacheco, “llora el país y la
decencia llora”:
No podía creer que
fuera cierto
cuando ayer por la
noche, en mala hora,
supe la novedad
demoledora
de que usted, José
Emilio, había muerto.
Imperan la tristeza,
el desconcierto,
y si la poesía lo
deplora,
llora el país y la decencia
llora
librando su batalla
en el desierto.
En esta soledad
devastadora
nos queda por lo
menos algo cierto
y un susurro de
letras por aurora.
Ayuda, José Emilio,
en este entuerto
saber que en esta
tierra que lo añora
viven muchos y usted
está despierto.
No cabe duda que con
la muerte de José Emilio Pacheco se marcha con él una parte de la decencia
nacional, ya de suyo disminuida y vapuleada.
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