jueves, julio 02, 2009

Cartel alusivo que se coloco en una pared de nuestra trastienda la noche que se trasmitio por Radio Torreon La Traviata, de Verdi.
Tambien lo reprodujimos tamaño postal, con una dedicatoria firmada de puño y letra del tenor en el reverso, que nos envio desde el otro barrio nuestro corresponsal Jose Natividad Rosales y nos la hizo llegar de volada, misma que repartimos gratuitamante a todos los presentes.








Farrar y Caruso: delizia al core.

Decían las malas lenguas hace muchos años que la muerte de Caruso se debió a complicaciones de una antigua afección en la garganta, después de presentarse en una función de opera al aire libre en la plaza de toros El Toreo de la colonia Condesa, y de viajar intempestivamente a los Estados Unidos para ser atendido por sus médicos de confianza.
Y no solo eso se comentaba. Tambien corrían versiones (apócrifas, nunca tuvieron sustento) que la causa real del problema de salud que llevo al gran tenor a la tumba fue una ingesta copiosa de géneros varios en “Las Glorias de Gaona”, popular establecimiento pulquifero que solía frecuentar durante su estancia en la capital mexicana, acompañado de varios caballeros bohemios de la mejor sociedad.
La verdad nunca se sabrá si el culpable de aquella laringitis fatal fue lo frio de los curados que se despacho don Enrico, o las rafagas de viento del Ajusco que lo acribillaron en los tendidos del coso . Se consigna esto, no con afán de revivir una tonta e insustancial especulación que ya ha dormido en paz durante largos ochenta años, ni para salir a defender al buen nombre de los ancestros del gremio, -tan caros al recuerdo como el del propio coloso napolitano- sino simplemente para servir de pie de entrada para este collage digital, compuesto por el señor de lentes que atiende a veces el mostrador de esta casa.
En la imagen se han colocado a Puccini, a Geraldine Farrar y al gran Enrico Caruso.
El primero, egregio compositor de Tosca, La Boheme, Mme. Butterfly y muchas grandes operas más. La segunda, una soprano gringa contemporanea bellísima y dueña de una voz fresca y exquisita que era, además, una amiga muy querida del tenor. Por fortuna, cada uno en lo individual y tambien a dueto nos dejaron muchas grabaciones que hoy podemos escuchar en la radio cultural del estado.

A los parroquianos de La Virtud que preguntan donde se puede escuchar a estas glorias del bel canto, el personal de nuestra pulquería procede con esmero a darles el santo y seña:
--Aquí mismo, todos los miércoles del año a las 22h. Desconectamos la sinfonola y sintonizamos en vivo el programa de opera de Radio Torreón, 96.3 FM, que conducen, con una enorme y apostólica afición, dos personajes laguneros muy conocidos y estimados: Don Antonio Gutiérrez y don Héctor Guerrero, melómanos genuinos de la vieja guardia y corazón joven.

Cada miercoles, pues, la casa se engalana con la belleza unica de la opera, la opereta y la zarzuela. Desde temprano se esparce abundante aserrín de colores en el piso, se lavan y desinfectan los servicios con harta naftalina, se disponen y adornan los barriles de blanco y los brocales con los curados de fruta de temporada.

A la hora anunciada, el personal, vestido apropiadamente de media gala, sirve entremeses y generosas rondas de tlachicoton de cortesía, o lo que pida la fina clientela presente, antes y durante la emision.

Naturalmente, se cierran las puertas para evitar que se cuele algún despistado y nos joda la función.

Pero si algún conocedor o habitue llega tarde y desea se le franquee el acceso, solo tiene que chiflar desde afuera y con buenos pulmones un trocito de el “libiamo” de la Traviata, o de perdido unos compases del vals de los toreadores de Carmen y le abrirán inmediatamente.

Ademas, y segun se ponga el ambiente, la duracion de la sesion festiva operistica puede alargarse hasta que el canto de los gallos del barrio tome el lugar del de las divas y los baritonos, y comiencen a tocar a nuestras puertas, señudas y malhumoradas comisiones de traslado de parroquianos a sus hogares, en bata, escoba en ristre y con tubos en la cabellera. (el alto mando de cada cual).

Primera llamada…..primera..

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