Se tocan discos de amor.
Se amplia el negocio de La Virtud. Y se diversifica.
Ahora, contrariando y desafiando los apotegmas que escucho hace treinta años en el IPADE sobre el imperativo de conservarse en su mercado, la administracion, por consenso, ha decidido incursionar en el mundo maravilloso de la musica, pensando que se complementa de maravilla con el del culto la diosa Mayahuel y el expendio moderado de neutle.
Los socios de esta galeria-pulqueria, en persona y sin inhibiciones hipocritas de clase, se han echado a la calle (bueno, aqui enfrente, nadamas) para pulsar las primeras reacciones del respetable publico consumidor potencial.
Foto deThe New York Public Library.
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