jueves, agosto 26, 2010


"Vicentenario"
Que regrese el Zorro!
Hasta ahora los festejos del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución que el gobierno mexicano ha anunciado nomás no se ven, o no levantan, o no van a producirse con el brillo que se pensaba, y solo quedará de ellos un vago registro como meros anuncios mediáticos, del tipo del mondongo patriotero para televisión que potagonizó el ex-entrenador de la selección nacional de balompié, el nacionalista de doble nacionalidad que “ama a México” Javier Aguirre y que, tan ponto cobró sus millones de dólares, se largó a España.
Quizás, los eventos conmemorativos del gobierno queden solamente para el recuerdo como asientos contables en las partidas de costos, entre las facturas y notas de remisión disminuidas y alteradas como es costumbre.
El suntuoso edificio o monumento que el presidente del empleo proyectó construir en la capital azteca y ser inaugurado el 16 de septiembre, pues tampoco estará listo por problemas técnicos que hicieron que la inversión original casi se duplicara y, si acaso, lo veremos terminado dentro de un año.
De la nueva refinería de petróleo tan cacareada, tampoco nada; medio se sabe que apenas andan viendo a quien le concesionan la elaboración de los planos de ingeniería básica del proyecto.
Por todos lados puros anuncios truculentos, puros cuentos, como todo lo que ha hecho el presidente espurio durante los casi cuatro años que lleva usurpando, mintiendo, saqueando, entregando bienes de la nación a extranjeros con billetes verdes y burlándose del descojonado pueblo mexicano. Juan Pérez ya no siente lo duro sino lo tupido y ya no quiere ni salir de casa por el terror colectivo desatado por la delincuencia y por la sospechosa ineptitud de los encargados de prevenirla y combatirla.
Solo anuncios malos, desoladores, ofensivos, como el que rebuznó días atrás uno de los más ineptos funcionarios del felipato: que ya vamos a comenzar a importar petróleo para "cumplir con los objetivos de darle valor agregado", vírgen santísima, solo eso nos faltaba.
La esperada "canción del bicentenario", que la mochería gobernante encargó interpetar a un amanerado engendro idiota con nombre de plástico (alguien podría decir a qué costo?), de esos que produce televisa por docenas, resultó una pifia que, ante la burla generalizada que provocó entre la sociedad, tuvieron que echarla para atrás por lo ridículo, cursi y chafa que era, ignorándose si fueron recuperados los honorarios pagados al putillo cantante y al compositor.
Se sabe además que la organización de los dichos festejos fue
concesionada...sí, concesionada a una empresa...australiana, por más señas.
Hágame usted el recabor fabrón...los festejos de nuestra soberana Independencia Nacional, concesionados  a un mercader extranjero...sí, señor.
Beleive it or not!
Por eso y por otras muchas razones, los pulqueros y los parroquianos de esta casa patriótica y mitotera, rezamos enfevorecidos para que regrese El Zorro de Guanajuato al menos por un tiempo, para hacerse cargo de los magnos festejos patrios.
--Ay, Vizente, qué desairadas y desabridas están las celebraciones de la independencia y la revolución que nos brinda este sucesor siniestro que nos enjaretaste a la malagueña, haiga sido como haiga sido.
--Ay, Vizente, cómo te extrañamos!
--Ay, Vizente, tu sí hubieras organizado mejor que Calderón los festejos de nuestra independencia, con la ayuda de Martita y sus chiquillos, a quienes tanto echamos de menos.
--Ay, Vizente, cómo nos hacías reír, como nos hacías olvidar las penas...
--Tú, por lo menos, en una de tus genialidades esperpénticas, nos tendrías preparada alguna sorpresa divertida y amena para la gran fiesta de la noche del 15 de septiembre.
Por ejemplo...mmmm...el soltar algún dicharacho sabroso en el balcón de honor de palacio, al salir a tocar la campana de la libertad. O el hacerlo con un paliacate anudado en la cabeza, o el vestir para la ocasión a la primera dama igual que la morenita del Tepeyac; ah, y con Nava y Creel a su vera, encuerados, como angelitos, recogiéndole su manto de estrellas de color azul turquesa.
--Y Chucho Ortega y el máistro Navarrete en segunda fila, disfrazados de adelitas, con trenzas y todo, echándote aire con un plumero.
--Ay, Vizente, regresa!
--Regresa... regresa lo que te robaste, sinvergüenza!
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Imágen tomada de la galería de nuestro amigo tianero2, en flickr.

4 comentarios:

Eleutheria Lekona dijo...

Me encantó tu rocola...

Saludos.

Armando Moncada dijo...

Es sinfonola, amiga; el matíz dialéctico es muy sutil, pero aquí sí hace diferencia.
...y a mí me ha encantado tu blog!
...y tu visita.

Eleutheria Lekona dijo...

Perfecto, sinfonola (acepto la moción porque me recuerda lo rico que es mi lenguaje. Pero, incluso, si no lo hiciera, la aceptaría, ¿por qué? sólo por una cierta inclinación hacia el "sí" que a veces me acompaña).

Por cierto, busco la palabra y no me la da el diccionario: ni el RAE ni mi Larousse.

Pero entonces una sinfonola es la maquinita antigua con la que se tocan discos, ¿no es así? Ah, y rocola sí está incorporada en el diccionario.

Gracias.

armando moncada dijo...

Bueno, mujer,...en realidad no tiene la menor importancia; lo que sucede es que, la palabra sinfonola, como que suena más popular, más arrabalera, humilde y a tono con la rústica naturaleza de un changarro pulquero. Además, si no está en el diccionario es mejor: eso le da un tufillo de clandestinidad.
En el DF, allá por los ochentas había una estación que se anunciaba como Radio Sinfonola, no se si existe aún.
Rocola suena mas...como te diría...motherno y "fifí".
La maquinita antigua de manivela era la "victrola".
Rocola o sinfonola, o marinola, lo cierto es que con ella me divierto y me carcajeo incluyendo cosas muy cándidas y de rajo popular mexicano de "a deveras" y hoy en el olvido, que a algunos les gustan y a otros escandalizan.
En fin, gacias por tu amable visita y comment.
Tu blog es fascinante: me sintonizo en igual frecuencia ideológica y de gustos.