jueves, octubre 07, 2010



Porqué mejor no pide perdón y se calla el espurio?...
El verdadero peligro para México.

El día de ayer los periódicos mexicanos publicaron una entrevista en la que, probablemente envalentonado por algún trago de charanda brava que se recetó a deshoras, Felipe Calderón vierte profusamente declaraciones desafortunadas y llenas de encono sobre Andrés Manuel López Obrador, reviviendo y haciendo suyo nuevamente el eslogan denigratorio de que es un  “peligro para México”.
Ni el tono ni el contenido fueron casuales; la entrevista tuvo lugar en una estación de radio y uno de los conductores fue nada menos que el desprestigiado y venal chileno nacionalizado mexicano y salinista a carta cabal Pablo Hiriart.
En ella, Calderón, no solo se regodea en su venenoso refran contra AMLO, sino que también arremete en términos inadecuados y ofensivos en contra de los millones de ciudadanos que votaron por éste en 2006, llamándolos “fanáticos”, amén de otras groserías impropias de su investidura de titular del Poder Ejecutivo Federal que, aunque espuira, debería, mínimamente respetar.

Hoy, en pocos medios (porqué será, je-je?), analistas políticos, líderes, y personalidades de todo el espectro ideológico muestran su desacuerdo y condenan la ligereza, el rijoso proceder y la mala leche del llamado presidente del empleo. Destaca por su tono firme y objetivo, como todo el periodismo que en esa casa se ejerce, el texto editorial de La Jornada, que bién vale la pena leer con detenimiento, pinchando aquí.
Del mismo medio y fecha, reproducimos unos párrafos de la columna México, S.A., escrita por el respetado periodista Carlos Fernández-Vega, que permiten, por contener algunos datos duros de política económica, hacer una reflexión documentada sobre quién resulta ser el verdadero peligro para México. Sin hablar de los "otros" hechos, los más espeluznantes y ominosos, como el desastre hasta hoy y la amenaza de lo que falta del sexenio en materia de seguridad pública e impartición de justicia, así como del escandaloso saqueo y entrega de los bienes de la nación a una mafia de favoritos y la embestida cotidiana contra los trabajadores.
 Veamos lo que dice don Carlos:
“De plano no tiene remedio: el país se le desmorona en las manos; el suyo, entre tantas otras cosas, es el sexenio que reporta los mayores índices de inseguridad y asesinatos asociados a ella; el de peor comportamiento económico en casi cuatro décadas; el que observa ridícula generación de empleo; el de mayor fuga de capitales (51 mil millones de dólares, contra 40 mil de JLP); el que ha elevado la deuda pública en 10 puntos porcentuales en sólo cuatro años, para llevarla a 30 por ciento del PIB; el que en un bienio aumentó en 6 millones el número de mexicanos pobres (“para vivir mejor”); el que prometió reducir los impuestos y en los hechos los ha elevado como nadie antes; el que, como Fox, ha sido acusado de delincuente electoral… pero es él quien asegura que “el peligro para México” es otro, que esta acusación es “cierta y válida” y que el político con apodo de pez “le hizo un daño terrible a México con su campaña de rencor y de odio antes y después de las elecciones”, según su imparcial evaluación de la realidad nacional.
¿Desvergüenza, delirium, falta de memoria, masoquismo o muestra fehaciente de que le urgen unas vacaciones en el Fray Bernardino?
Tal vez todo junto, sin olvidar su enfermiza actitud de ser el presidente del partido de gobierno, y no cabeza del Estado mexicano.
¿Qué necesidad tenía de regresar a los tiempos de su sucia campaña electoral, cuando cuatro años después de aquella temporada el balance que arroja es deprimente, notorio su fracaso como inquilino de Los Pinos y elevadísimo el costo para el país?
¿Tan urgido está de desviar las miradas? ¿Peligro para México? Sí, pero Felipe Calderón, junto con su gabinetazo, y no es propaganda negra, como la del PAN y su candidato. Son hechos.
En tiempos de su campaña electoral Calderón, su partido político y el gran capital que lo financiaba, pregonaban: “si llega a presidente nos va a endeudar más y vendrá una crisis económica, devaluación, desempleo. Estos son los grandes planes de López Obrador, un peligro para México”… López Obrador juega con el futuro de México… sus grandes ideas sólo significan deuda y más deuda para todos… con López Obrador perdemos todos… hay formas de que México avance sin deudas… Felipe Calderón te dirá cómo”.
Según amenazaba, quien endeudaría al país sería López Obrador, pero resulta que en cuatro años, con Calderón en Los Pinos, la deuda pública se ha incrementado de 20.3 a 30.2 por ciento del producto interno bruto (casi 2 billones de pesos), y contando, lo que se traduce en que la deuda por mexicano pasó de 18 mil 912 pesos en diciembre de 2006, a 36 mil 234 pesos en junio de 2010, casi el doble en 43 meses (hasta junio de 2010), lo que es lo mismo un aumento cercano a 100 por ciento.
¿Quién iba a endeudar a quién? ¿Cómo está eso de “hay formas de que México avance sin deudas y Felipe Calderón te dirá cómo”?
Lo anterior, sin olvidar lo relativo a crisis económica, devaluación y desempleo: la primera, la más profunda en 80 años, con un desplome de 6.5 por ciento del PIB, por mucho que la desdeñó calificándola, junto con su secretario de Hacienda, de simple “catarrito”; la segunda, hasta de 50 por ciento en 2008, para estabilizarse en 30 por ciento desde 2009; el tercero, creciente, con cifras históricas (2.5 millones de desempleados en el país, sin considerar otros indicadores que elevan la tasa a 15 por ciento de la población económicamente activa).
En otro pasaje de su guerra propagandística, Calderón, su partido y los titiriteros acusaban: “López Obrador miente otra vez en su anuncio del IVA… afirma que la propuesta de Felipe Calderón habla del tema… Mentira… además, de manera fraudulenta manipuló un video para engañarte. Lo que realmente propuso Felipe Calderón fue esto: devolver dinero en efectivo a los más pobres, reducir el impuesto sobre la renta… López Obrador te quiere ver la cara”.
En efecto, les vio la cara a los electores, a esos “15 millones de mexicanos que así lo pensamos en 2006” (que el Peje era un “peligro para México”), pero el propio Felipe Calderón en sus cuatro años de estancia en Los Pinos, aumentó impuestos y creó nuevos gravámenes por doquier; la tasa del IVA creció de 15 a 16 por ciento; la del impuesto sobre la renta de 28 a 30 por ciento y mayores gravámenes a productos como cerveza, alcohol y tabaco; de la manga se sacó el IETU (que comenzó en 16 por ciento y ya va por 17.5 por ciento), el impuesto a la gasolina (independiente del aumento regular a los combustibles), a las telecomunicaciones ((Internet, telefonía celular, telefonía fija, televisión por cable), a depósitos en efectivo, y los que se queden en el tintero. Y de aquello de “devolver dinero en efectivo a los más pobres”, ni sus luces. Por el contrario.
Felipe Calderón ofrecía al electorado: “mi política tiene un solo objetivo: crear empleos bien pagados, para que tú y tu familia vivan mejor, y para eso voy a hacer cuatro cosas. Primero, voy a reducir los impuestos para quienes trabajan, producen o generan empleos, y voy a simplificar su pago; segundo, voy a transparentar totalmente los impuestos que pagamos; tercero, voy a invertir mejor tu dinero, y cuarto, voy a garantizar la estabilidad económica para cuidar tu patrimonio”.
Cuatro años después se confirma, con hechos, no con propaganda, que sí hay un peligro para México: Felipe Calderón”.
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Gracias también al amigo trianero2, de flick por la imágen.

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