martes, febrero 08, 2011


Venga, Carmen, no importa. Total, qué diferencia existe entre ético y etílico?
...
A Carmen Aristégui, periodista mexicana, con un abrazo por su integridad y su profesionalismo, en estos días aciagos para la libertad de expresión.


Nada hay nuevo en el mundo,
sentenció Salomón.
La tierra gira en torno al sol,
moviéndose incesante, dijo don Galileo.
Desde que los quijotes pasan por las aldeas,
los perros ladran a sus cabalgaduras.


Hoy -qué más da- que, enanos
brincando en un tapanco
hagan gestos obscenos, agiten su jaiboles
y con el mismo dedo
 finjan un parasol,
mientras que en sus salones,
suntuosos mercaderes barrigones
borren los nombres de mensajeros muertos
y al cierre de las cuentas, gimebundos,
hincados, se flagelen con las duras espinas
de los códigos de ética,
chapoteando en sus heces, cantando letanías.

Qué importa, qué más da.

El sol, Carmen, es sabio;
es dulce y es salado;
redondo y colorado,
brilla todos los días;
no puede ser tapado, ni menos con un dedo.
Es mondo y es lirondo, es pícaro, taimado,
demócrata, indiscreto, nos ilumina a todos:
no alumbra por convenio, no exige regalías
ni está concesionado por las Secretarías.

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Un abrazo también a Enrique Galvan Ochoa, por su gesto solidario con Carmen.
Imágen: Dante Busquets, flickr.


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