martes, abril 26, 2011


Beatificatio habemus...

El sábado pasado nos visitó el Máistro Mecates, viejo y estimado  parroquiano de esos que se aparecen de repente y siempre nos agradan con su presencia y su sabrosa charla; su llegada alegra a todos los presentes y de inmediato entona y pone un punto de arpa y jarana al cotarro en el establecimiento. Es un personaje singular: lo conocemos por su apostasia confesa y por sus célebres diabluras y travesuras anticlericales, además de su fino olfato para la sátira política.
El caso es que se acomódó en la barra, pidió su curado de alfalfa y apio, con un carajillo largo de sorronche (del que nos manda el buen amigo Ezequiel, destilador clandestino de Tancítaro, Michoacán, y que solo servimos a gargantas eminentes).
Luego encendió un puro que llevaba a medio fumar. Cuando nuestro diligente y servicial encargado, el Pelucas, le puso enfrente al Maistro su vaso de nectar arreglado como lo pidió, éste sacó de su guayabera un portavasos con una imágen insólita, y acto seguido, con  su cuidada parsimonia y estilo lo puso sobre la pulida superficie de la barra y colocó encima su exquisito chupe.
Entonces le dio un par de sorbos, se limpió el bigotillo con una servilleta de papel, carraspeó un par de veces y dijo en voz alta:

  --La beatificación de Juan Pablo II con carácter exprés es una farsa, y farsantes serán los que se presten a ello: la jerarquía católica necesita "nuevos productos" para mantener el clientelismo fanático y ávido de nuevos "santos" para adorar.
Los creyentes simplemente deben tomar referencia del texto bíblico que indica claramente que "sólo hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, su hijo"...
   --Sooopas!
  --Ah bárbaro Máistro, ora sí se la bañó!
  --Oiga, Máistro, y de donde sacó ese portavasos tan piadoso?, le preguntó el patrón.
  -- Pos de onde más, mi buen, de onde más...del meritito Vaticano, pués,... me lo trajo un compadre que anduvo por allá...
  --Apoco no está padre? ...deberían ustedes mandar hacer unos portavasos iguales, ahora que  anda la moda de la faramalla esa de la beatificación...
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El párrafo en cursivas fue transcrito de la columna Astillero, de Julio Hernández, en La Jornada del 26 de abril de 2011

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Al Vaticano lo único que le interesa es el espectáculo de colorines, el negocio del circo y a tenernos a todos atontados.

Ahora lo de la beatificación, después la canonización
y después la pascua de resurección,
chin-pon
y viva la diverseión,
que para esto estan los curas y las monjas de la concepción.

Salud
Francesc Cornadó

Armando Moncada dijo...

Sí señor!...y que siga la fiesta...
Salud, Fancesc! es un placer recibir tu visita.