miércoles, noviembre 16, 2011


Mini celda callejera para borrachos.

En su estupenda galería de flickr, John McNab nos comparte esta interesante fotografía tomada en el año de 1905 en Denver, Colorado.
Lo único que se sabe al respecto es que el alcalde de la ciudad, el sheriff o alguna autoridad local tuvieron la idea de construir celdas o cárceles unipersonales para encerrar a los ebrios callejeros de modo temporal, mientras llegaba la “Julia”, un emblemático transporte motorizado con barrotes en las ventanillas que se usaba para conducir como pollos a los infractores del órden público a la comisaría o estación de policía.
Los beodos abundaban por aquel entonces en las calles de la joven ciudad, a tal grado que constituían un problema social que reclamaba soluciones novedosas como la que se muestra arriba. Esta celda estaba localizada en la céntrica Larimer Street que, por lo que puede notarse, no tenía pavimento.
Nótese también el porte del alegre caballero tambalante que, con su bombín ladeado mira sonriente hacia la cámara y está a punto de convertirse en huésped de honor del pequeño e incómodo “bote”.
A lo mejor por eso acá le dicen así a la cárcel: el bote. Nótese asimismo el infaltable perro callejero que imprime un toque de distinción a la escena.

3 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

Ilustrísima: ¿Y no habrá de esas, con cierre hermético para los políticos mentirosos, falsificadores y ratas?

Armando Moncada dijo...

Sí, Maese, sí que las hay. También hay naves de última tecnología en las que podemos acomodar a esos infames, cerrar la puerta herméticamente y luego enviarlos al espacio exterior sin posibilidad alguna de retorno.
Lo malo es que las tales naves solo existen en los comentarios cotidianos de nuestros parroquianos y en los sueños guajiros de esta gerencia para la próxima temporada de regalos... a ver si se nos hace atestiguar tan anhelados deseos!

Xavier González Fisher dijo...

Pero ojalá que si van al espacio exterior Eminencia, sea sin provisión de oxígeno...