lunes, junio 25, 2012

Preparados para la democracia?

No se equivocaría Don Porfirio?

Una de las deformaciones de fondo que ayudan a explicar ese vacío político y cívico, esa suerte de orfandad ideológica que sufre nuestra generación es que, educados férreamente en el dogma religioso, igual que lo fueron nuestros padres, tendemos a ejercer nuestras preferencias políticas y electorales en sentido opuesto a como lo hacen las personas de las sociedades más civilizadas.

Los mexicanos del siglo XXI actuamos de una manera distinta. No hacemos uso de la razón y la inteligencia. Votamos, haciendo uso de la fe ciega, irracional, primitiva.

Para ejercer el deber ciudadano superior de elegir a nuestros gobernantes, utilizamos los mismos resortes de la voluntad que en el futbol. Al parecer carecemos de ese chip que sirve al ser humano para escoger lo que le conviene y le previene del engaño, por lo menos en la política.

Como en el medioevo o en tiempos de la colonia, nos identifican y unen lealtades emocionales, acríticas y mitos artificiales. Si en aquellos tiempos había que obedecer al clero, en los que corren la voz que manda es la del dinero que paga espacios en la televisión.

Apáticas e indolentes, las masas no se comprometen con verdades, sino con imágenes y colores. Y no solo las masas, también se repite perfil en grupos de altos ingresos y con educación superior. Es mejor guiarse por la fe que por la razón.

Y lo peor, se descalifica en automático a todo aquél que piensa distinto. Exactamente como nos lo enseñaron guelita y el padre Puereco cuando éramos niños.

--Agárrate fuerte el escapulario y no mires porque ellos son protestantes.

--Es que en mi familia todos hemos sido siempre priístas.

--México siempre fiel.

--Es que yo soy panista de corazón, me vale madres cómo han dejado al país en los últimos doce años, yo soy azul y seguiré siendo fiel a mi partido, aunque este no haya generado empleos, y el precio la gasolina suba cada semana aunque estemos nadando en petróleo, y en las calles cunda el terror y corra la sangre, y los frijoles se hayan encarecido 300% en dos meses, y regalen PEMEX a los gringos, diciéndome que es por el bien de la patria, y la competitividad y la globalización.

--Yo, con el sol azteca, hasta la victoria siempre, camaradas; si le va bien a Chucho, nos irá bien a todos en la colonia.

--Yo soy y seré siempre tricolor. No importa que los pillos Moreira se hayan burlado mí y me hayan dejado endeudado junto con mis tataranietos, yo votaré por el PRI porque además dice Televisa que el que va arriba es Peña Nieto y porque Salinas es el jefe. Si lo dice López Dóriga es por algo, no?

--Yo voto blanco, nomás porque lo blanco es bien cool y no soy naco.

--Yo no le puedo fallar a mi líder seccional y a La Maestra Gordillo.

--Yo por el verde...no me pregunten porqué.

Más, cuando un un profeta burlón se planta frente a nosotros y nos mira y nos dice, señalándonos con el dedo:

--Ey, bola de borregos manipulados por la tele, despierten, cóbrenselas con el voto!

Entonces nos enfadamos y decimos que no es cierto, que es mentira eso de que estamos manipulados, que lo que pasa es que la tele nos gusta mucho, que los periódicos y los libros son muy aburridos.

En el pecado llevamos la penitencia y ái la llevamos.

Vivimos un tiempo de canallas en el que la degradación cívica producto de la mercadotecnia y la manipulación es sencillamente pavorosa.

Es que así somos?...habrá que resignarse juntando piadosamente las palmas de las manos sobre el pecho, levantar la mirada hacia el cielo y gemir compungidos:

--Qué le vamos a hacer?

Estaría en sus cabales don Porfirio Díaz cuando en 1908 declaró al periodista Creelman que “los mexicanos ya estábamos preparados para la democracia”?

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