viernes, enero 25, 2013

El encargo...
Tanto va el cántaro al agua, como baja el novicio a la bodega a traer el vino para la cena de los hermanos frailes en la abadía: siempre sucede lo que tiene que suceder; eso está escrito.
Giussepe Marastoni es el nombre del artista a quien debemos esta obra. No se sabe si en su tiempo le valió excomunion fulminante o logró que el obispo, al verla, le pagara lo que le debía de otras pinturas.
El caso es que la colgamos en nuestro salón para deleite de nuestros habitués jacobinos, especialmente el Máistro Mecates y el ruco devoto y cursillista que funge como encargado del changarro.

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