viernes, enero 25, 2013

El viejito del chirrín.
Al presentar esta pintura de un desconocido artista alemán de finales del siglo antepasado, la casa rinde homenaje a los músicos ambulantes que suelen visitarla cotidianamente. Ellos ponen un punto de alegría burbujas multicolores al cotarrro sin otra pretensión que ser escuchados, descansar un rato del trajín callejero y empujarse una o varias jarras de elíxir del que acá se ofrece, el cual, sobra repetirlo, es absolutamente gratis para tan distinguidos personajes. Vea la imágen ampliada.

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