jueves, junio 18, 2009
















No, no se enoje usted, don Venus,... calmese!

Esto es un montaje. La foto de Villa corresponde a cuando estaba ya amnistiado, trabajando pacificamente en la Hacienda de Canutillo, entre 1920 y 1923. Notese que su expresion ya no es de fiera, todo lo contrario, parece un hombre simple, comun, tranquilo.
El fondo corresponde a la iglesia de San Jose, en Cuatro Cienegas.
Me hubiera gustado haberlo visto alli, en la plaza de mi pueblo. Hasta donde tengo informacion, no quedaron testimonios graficos de cuando el centauro visito, de paso, Cuatro Cienegas.
Por eso me atrevo a fabricar uno, con el respeto y la advertencia debidos, 88 años despues.
--Cof!...cof!...cof!!
--Cof...cof..cof....Prrrrrrrrrrrrr!!!..Prrrrrrrrr!!!!!!...Ah, ching....!!!
--Cof...cof...ching ...madr......!!!!!
--No, Sr. Carranza, ...no, no se enoje, calmese y guarde compostura, hombre!...que ya han pasado muchos años y los animos se han ya serenado.
Hoy no queda nadie en vida de la gente de aquellos tiempos.
Ademas, cuando el general Villa (a quien usted odiaba tan ferozmente) tuvo necesidad de visitar este su pueblo, se comporto con la mayor correccion y detuvo aqui su andar unicamente para comprar algo de pastura para su caballada. Por cierto, sepase usted que pago y bien pagado el pequeño servicio al Señor Zertuche.
Y recuerde tambien que sus paisanos mas ilustres, las fuerzas vivas cieneguenses del momento -obsequiosos y lambiscones o nobles y hospitalarios, segun se vea-, a sabiendas de que usted ya reposaba en compañia de los gusanos desde hacia tres meses, hasta le proporcionaron a Villa un fortingo con todo y chofer para que llevara a Doña Luz a Torreon en condiciones comodas a traves del infernal camino de entonces.
De modo que no hay razon, Don Venus, no hay motivos para ese ridiculo enfado...y mucho menos a la vista del publico. Serenese, y hagase cargo de que, aunque la historia la escriben los barraganes (ay, perdon, se me chispoteo)...digo los vencedores, es el tiempo, el padre Cronos, el que pone a cada cual en su lugar.
Nomas acuerdse del General Angeles.
--Ah! y deje de limpiarse la uñas con esa navaja mientras finge ignorarnos, que es una fea costumbre.

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