sábado, septiembre 18, 2010

La noche del grito.

"...En cuanto las tinieblas cayeron sobre el valle de México la histórica noche del 15 de septiembre de 2010, se vaciaron las calles. En las antenas de los coches no había, como otros años, banderitas tricolores. Los artesanos que las producen no vendieron casi ninguna. En los barrios, colonias y pueblos de la urbe estallaban apenas algunos cohetes (¿o eran balazos?). La gran ciudad, enlutada por la guerra que provocó Felipe Calderón, asistía al parecer a su propio velorio.
¿Y qué esperábamos? ¿Que la derecha gobernante celebrara con genuina alegría lo que más odia y lamenta, es decir, el estallido de la rebelión popular que en 1821 nos convirtió en país soberano e independiente de España y medio siglo después en Estado laico? ¿Que los restauradores del colonialismo ibérico, que puso en manos de Repsol nuestro petróleo y de Iberdrola nuestra energía eléctrica, exaltaran con gratitud la memoria de don Miguel Hidalgo? ¿Que lo veneraran quienes han establecido esta nueva teocracia que hoy permite a obispos y arzobispos dictar medidas de insalubridad pública a través de políticos fanatizados por dogmas religiosos?
No, la exhibición de carros alegóricos de Walt Disney, la letra de la balada más estúpida que alguien haya compuesto jamás en la historia de la música –“Shalalá, el futuro es milenario”–, la quema de 17 mil petardos (uno por casi cada dos muertos de la guerra calderónica) y el desfile de los ejércitos que en otros siglos nos invadieron fue una revancha y una burla, una afrenta a los sentimientos más profundos del pueblo y una disculpa a las potencias contra las cuales nos hemos rebelado.
En medio de un clamoroso aislamiento diplomático –pues no vino a su fiesta ninguna figura relevante de la política internacional– Calderón despilfarró 3 mil millones de pesos en una puesta en escena que no vale nada en términos históricos o estéticos. ¿Cuánto costó en verdad la pachanga, cuánto desviaron los organizadores a sus cuentas bancarias inflando las facturas? Una vez más, el grueso del botín fue para Televisa y sus marionetas, es decir, para cebar a la teledictadura, como bien la llamó Andrés Manuel López Obrador en Tlatelolco".
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Texto: columna Desfiladero, Jaime Avilés; La Jornada, 18-sep-10.
Cartón: Rafael Barajas "El Fisgón" tomado del amigo trianero2 en flickr.

2 comentarios:

Hola dijo...

en serio hubo carros de disney? y ue ejercitos desfilaron en el DF? yo queira ir pensando que iba a estyar bien chido, pero esto no me gusta nada? a h que se refiere ?
Aca en chicago uno no esta muy bien enterado.....

Armando Moncada dijo...

Gracias por su visita, amigo de Chicago.
En el desfile de nuestro bicentenario de independencia desfilaron tropas (tropas armadas, no soldaditos de opereta) de los paíases que nos han invadido y humillado varias veces, como ese donde vive usted. Parece broma de mal gusto.
Respecto a lo del desfile Disney, lea usted el artículo de Luis Hdez. Navarro en La Jornada de hoy, 21-sep-10: Bicentenario, los hijos de Disney, aquí mero:
http://www.jornada.unam.mx/texto/021a2pol.htm
Saludos.