sábado, julio 06, 2013

Canallada empresarial...
Entra un dólar; salen dos.

El siempre bien documentado especialista en economía política de nuestro país, Carlos Fernández-Vega, en su columna México, S.A. de La Jornada de este 6 de julio pone el dedo en la llaga y echa luz sobre uno de los tópicos más nocivos en las finanzas nacionales: la escandalosa fuga de divisas por parte de los ultra convenencieros mega  empresarios totonacas globalizados.
Así no hay país que aguante.
Antes de leer, acérquese un té de tila y tómelo con take-it-easy.
“Con la novedad de que, gracias al esfuerzo de los llamados grandes empresarios mexicanos (por sus fortunas, no por su contribución al desarrollo nacional) y a pesar de las urgencias internas en materia de inversión, México ha obtenido un nuevo galardón, pues se ha convertido en exportador neto de capitales, renglón en el que los autóctonos barones Forbes destacaron durante la decena trágica panista (con Fox y Calderón en Los Pinos) al “exportar” alrededor de 230 mil millones de dólares, todos ellos obtenidos en la economía mexicana.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) tuvo a bien informar a los habitantes de este hambriento país que los mega empresarios nacionales, con sus fortunas de ensueño, hicieron posible que “durante 2012 México apareció por primera vez en la lista de los inversionistas más grandes del mundo, al colocarse en el lugar 15 en 2012 y escalar 13 puestos frente al año previo (desde el escalón número 28), logrando con ello su mejor posicionamiento histórico; ello debido a que los inversionistas mexicanos colocaron 25 mil 597 millones de dólares en el exterior (monto que equivale a 1.3 veces el presupuesto de la Secretaría de Educación Pública para 2013), superando por un amplio margen a la inversión foránea que el país recibió. De esa forma, México se convirtió en un exportador neto de inversión extranjera directa (IED). Más aún, entre los países latinoamericanos, México fue el que más invirtió en el exterior” (léase el que más capital “exportó).
Tanto que desde el gobierno se presume la llegada de inversión extranjera directa como sinónimo de “confianza en México y sus instituciones”, para que al final de cuentas los empresarios autóctonos marca Forbes saquen del país la rebanada más gruesa de las utilidades que obtienen aquí, en nuestra economía a la que si algo le urge es inversión fresca, al grado de que dicha “exportación” duplica la IED recibida, la cual, dicho sea de paso, no llega a generar riqueza, sino a apropiarse de la existente. Como se ha comentado en este espacio, al paso del tiempo México se ha convertido en una fábrica de billetes de “exportación”, y sus dueños son los de siempre".
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