martes, enero 26, 2010




Aroma de la sierra, orégano, macho cabrío...

“El Cabrero” en La Virtud.


José Domínguez Muñoz es una presencia fundamental en esta casa. Es un amigo viejo y entrañable.
Es pastor de cabras en su pueblo, cantaor, y poeta en la más prístina acepción de la palabra, porque su poesía es tan pura y lírica como la de los primeros que soñaron y versificaron en la antigüedad clásica helénica.
Le apodan El Cabrero y canta sus versos de cara a los vientos de la montaña. Su vida ha sido dura como las piedras del monte: él es un hombre del monte. Cualquiera que haya en su vida cuidado cabras lo sabe: los pastores se reconocen al encuentro.
La academia flamencóloga se empeña, chocheando, en que todos los cantaores sean de raza gitana; blasfemante, escupe por un colmillo y se retuerce de rabia porque El Cabrero no lo es, y también por su modo de vida “alternativo”. Les irrita que, además de poder con todo el repertorio del cante grande (lo que muchos gitanos ni siquiera intentan), suele ser claridoso y contestatario con el poder político. Su poder le alcanza hasta para cantar tangos argentinos, lo que tambien hace con singular soltura y empaque.
¡Qué más da!
Mientras que la gitanería caprichosa y presumida se solaza en cuevas oscuras e impregnadas de humores de camarón descompuesto, José se trepa, como el macho montés, a lo más alto de la sierra. Desde allá se divisa todo muy bien; se comprenden mejor las cosas, se sobrellevan mejor las penas y se escuchan mejor los cantes. Encaramarse a las alturas es parte del misticismo escencial del canto natural del hombre, que dice Félix Grande.
Más cerca del sol y con el viento de frente.
El Cabrero es hoy uno de los mas reconocidos y peculiares cantaores. Su voz sin afeites y su palabra clara y derecha hacen vibrar a propios y extraños, igual en Sevilla que en Bruselas o acá en Torreón.
Ejecutante de la vieja escuela de Juan Talega y otros monstruos sagrados de la mitología, aporta un estilo hondo y trascendente al flamenco puro y lo enriquece con una aproximación genuina y fresca, que el dogmatismo trasnochado lleva treinta años queriendo encasillar como ajena y heterodoxa.
A propósito de estas geniales bulerías del macho montés, JUANSINFRONTERAS dice de él en Youtube, de donde hemos tomado este video:
“El poeta es aquel que ve lo mismo que los demás, pero el único capaz con sus palabras sencillas de sacarle todo el brillo de la belleza.
Cabrero, te pareces al águila cuando arrancas por bulería y sobrevuelas con tu potente voz al cabrío trepando a los riscos y asimismo al río bajando al llano. Esta bulería tiene duende y tu voz le da la resonancia que la hace grande. Me emociona hasta el tuétano"
A nosotros igual.
Y si fuera torero, sería sin duda un diestro de aroma y personalidad rotunda, como "El Pana". Y no digo torero mexicano, porque José, para ponernos quietos, se arrancaría cantando su poderosa y tierna "Luz de Luna", de nuestro oaxaqueño Álvaro Carrillo, .
El Cabrero, cantaor y poeta de Anzalcóllar; un grande en La Virtud.

No hay comentarios.: